lunes, 23 de febrero de 2009

Cuenta cuentos

Como para dejar de resumir mis días sin ti, he vuelto a la monocromía invernal que envuelve al alquitrán y mis huesos deformados sobre una cartulina triste y vacía; un trozo de vida para las manos de un hombre que no tiene tus ojos, ni tu voz, ni tus errores.
No tengo historias que contarte. No tengo más historias que contarte.

Después de ti se sobrevive por morbosa persistencia, por esas ganas de evitar un "no"
- “No volveremos a buscarnos pedazo por pedazo la esencia en la piel...”
- “No te miraré a los ojos más tratando de entender que es lo que sueñas...”
- “No seremos más los mismos...”
- “No te amo, no...”

Después de ti se sobrevive porque no hay razones para vivir. Porque la vida se vuelve sólo dinamismo vegetativo y fenómenos corpóreos de risa sardónica y azul, y entonces quiero arrancarte para siempre las ganas, envenenarte el alma desde tu centro como un virus, convergiendo todos mis odios, todos mis gritos... todas mis lágrimas.

1 comentario:

  1. Inverno = Película gris antigua y silenciosa
    (No sé por qué siempre me agradó esa analogía)

    ResponderEliminar